¡Que gara que hablamos los cuencanos!
- Jorge Contreras Ambrosi @isaacambrosi
- 1 dic 2015
- 4 Min. de lectura

Los cuencanos hablamos “gara”, pero muchas veces los demás no nos entienden “ni papa” de lo que decimos. A continuación una conversación de dos típicos morlacos:
- Habla, ¿Cómo vas Juan?
- ¡Todo bien Pepe!
- ¿Y qué pasó ayer?, ¡Te hiciste funda!, ¿no crees que era mejor no chupar?
- ¡Cierto, no!
- Pero, “más vale ser borrachito conocido que alcohólico anónimo”
- La plena, además se me perdió el celu.
- Y de que te quejas, si era “del año uno”.
- Y tú, ¿lograste algo con Ana?
- “El caballero goza y calla”.
- ¡Que mandarina eres, nos vemos, nos vemos!
¿Cuál es la característica que nos define como cuencanos?
Encontrar una respuesta que “contente” a todos es difícil, pero sin dudas una de ellas es la forma en la que hablamos y nuestro “cantadito”.
Un cuencano puede ir a cualquier parte del país, pero el momento en el que habla se le identifica inmediatamente como habitante de la capital azuaya.
La declaratoria de Cuenca como Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1999 tomó varios aspectos como el trazado de damero del Centro Histórico de Cuenca y, entre otros, la fusión cultural, que hoy recordamos en el aniversario XVI del reconocimiento.
Los modismos, refranes, adivinanzas, retruecanos populares, chanzas y palabras solitarias más conocidas como léxico dialectal, son parte del lenguaje utilizado Cuenca. Paralelamente otras surgen demostrando la dinamicidad del lenguaje.
Para Oswaldo Encalada, catedrático, filólogo, escritor e investigador, estas formas de hablar son formas particulares de expresión de la lengua, de un pueblo, de una cultura.

El caso cuencano
Oswaldo Encalada recordó que existen formas especiales de hablar en los cuencanos, que van desde la entonación o el típico cantado cuencano, hasta ciertas pronunciaciones especiales que tienen que ver con ciertos sonidos.
Encalada explicó que los modismos son frases sociales de construcción típica, de estructura rígida que no se pueden alterar, se utilizan básicamente para describir personas y emociones, con ciertas características; la finalidad es ahorrar energía expresiva. Un modismo es una construcción de mínimo dos palabras, es como decir: “estar papelito”.
El hablante toma la frase, la pone en el discurso, por ejemplo aquí se dice, es “más conocido que el cuy”, significa que es demasiado conocido y no es necesario describirlo.
Otros ejemplos son: “Más conocido que la ruda”; “Más cuencano que el mote”.
Estos modismos no se pueden usar en otra zona por que no existen y no se van a entender.
Otros modismos son: “Judío de la Merced”, que sirve para insultar a la persona y refiere a una escultura de la iglesia de La Merced, en donde dos judíos le están latigueando a Jesús. La frase conlleva un significado de maldad, a la persona mala cruel se le dice Judío de La Merced.
“Caballo de la carroza” está por desaparecer, según Encalada. Este modismo basado en la carroza fúnebre, para evitar que se asusten con el tráfico, los caballos tenían unas anteojeras o cueros a los lados de la cabeza que les impedían ver, por lo que personas que utilizan lentes enormes eran denominados “caballo de la carroza”.
“Salado baños”, modismo netamente cuencano, los populares “chulios” cuando salían de Cuenca (San Roque) llamaban a la gente a embarcarse por que el bus cubría la ruta Salado-Baños, significa mala suerte.
¿Cómo surgen estas formas particulares de la lengua?
El escritor cuencano argumentó que la lengua es un acuerdo, un convenio; aunque es de dominio público. En esta relación existe una persona innovadora, creadora, inteligente, con chispa y humor, que puede crear una palabra. Si tiene fortuna y empieza a crecer en su uso, puede hacerse general.
Pero el otro lado de la moneda, si la palabra no es usada se “ahoga” y desaparece.
Palabras sueltas son parte del léxico dialectal, si tiene fortuna se vuelven parte del vocabulario cotidiano.
¿Quiénes son los creadores?
Encalada explicó que los hablantes jóvenes son más creativos e inventan muchas más palabras, no solo con la intención de comunicar sino de evitar “ser pillados” y notificarse entre ellos. La finalidad es que los adultos no los entiendan; Por ejemplo “abombar”, una persona de 60 o 70 años no va a entender el significado.
El característico “mande” y “qué” cuencano
Al responder un llamado el cuencano responde: ¿Mande? o ¿Qué?, dependiendo del grado de confianza. “Mande” reemplaza al “ordené”, por lo que se utiliza cuando una persona de superior rango solicita atención, mientras que el “qué” se entiende como ¿Qué quiere?
El famoso “chendo”, “gara”, “mandarina” y una no muy conocida, el “mapache”, “chendo” es una palabra utilizada para describir que una cosa es mentira.
Los jóvenes son los que con mayor frecuencia lo usan, mientras que “gara” describe una cosa hermosa, bonita, chévere, según un artículo de la revista “Universidad-Verdad”.
Oswaldo Encalada explica que “chendo” surge de una mala pronunciación de diciendo, pronunciado dishiendo; luego con la eliminación del “de” queda Shendo o “chendo”.
“Mandarina” que a mujer lo domina, Mapache, en el artículo antes mencionado Encalada, dice que es la unión entre madre, Padre y china, refiere al hombre que permanece en a casa realizando las tres labores.
En Cuenca por lo general no se utiliza el “no” para negar alguna interrogación, etc. Pero en Cuenca se lo utiliza para reforzar una afirmación, ejemplo:
¿No crees que te equivocaste ayer con Rosa?
¡Cierto, no!
¿No crees que debemos renunciar?
¡Sí, no!
Pero, y los ejemplos.
Modismos:
Del año uno.
De la época de la chispa.
Salado baños.
Hasta la pregunta es necia.
Hacer cascaritas.
Refranes:
Rogando con la fe no hay mujer que no dé.
Con que tenga rendija, aunque sea una lagartija.
El caballero goza y calla.
Comidita mala, con ají resbala.
Retruecanos poulares:
No es lo mismo pollo a la brasa que abrázame el pollo.
No es lo mismo pásame la pinza que písame la panza.
No es lo mismo pelota de tenis que tenís pelota.
Chanzas o frases humorísticas:
Más vale ser borrachito conocido que alcohólico anónimo.
Es preferible que manden sacando antes que manden metiendo.
*La información fue obtenida en el 2010 mientras trabajaba como periodista en diario La Tarde.
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