Cuencanos, ser mejores conductores
- Jorge Contreras Ambrosi
- 21 nov 2016
- 2 Min. de lectura
La cultura y los buenos hábitos de los que vivimos en Cuenca se nos van a los "pies" al momento en el que nos ponemos frente a un volante.
“Llegar a tiempo” es la justificación para que tratemos a los demás como un estorbo o un obstáculo a superar.
La "viveza criolla", normalizada en la sociedad, es la regla y el que no hace lo mismo es un “shunsho”.
¿Por qué voy a ceder el paso a otro conductor que pugna por salir de una intersección en las horas pico? No, si yo también estoy tarde, que espere.
La Ley está, yo tengo preferencia y no es mí problema.
Con mi justificación irrespetaré los límites de velocidad, aceleraré cuando el semáforo se ponga en tomate, pitaré e insultaré a la persona que se cruce en mi camino, al ciclista, al motociclista.
La falta de solidaridad con el otro, con mi vecino, compañero gana espacio. No solo en las calles sino en todos los espacios de la vida cotidiana.
¿Es necesario que los entes de control pongan a agentes vigilar en cada esquina?
O puedo hacer la diferencia, conocer que me tomará cierto tiempo llegar a mi trabajo y salir con 10 minutos de anticipación, para evitarme apuros.
La solución a nuestros problemas está en nosotros, de cada una de los miembros de la sociedad, ser mejor depende de cada uno.
Lo que los cuencanos debemos normalizar es la buena convivencia, el peatón tiene la prioridad, respetemos los pasos cebras, no estacionemos en lugares prohibidos, en doble fila, cedamos el paso al transporte público, en el bus demos el asiento a los niños, mujeres, adultos mayores.
Nuevamente está en nosotros, habitamos en una ciudad que nos permite ir a almorzar en nuestro hogar por las cortas distancias, dejemos a un lado nuestras opiniones parcializadas, que lo que hacen es “sacar” lo peor de nosotros.
Estas palabras no son más que una forma de ver nuestra realidad: falsas o equivocadas. Cada quien tiene la posibilidad de aceptarlas o no.
Demostremos que como habitantes de la Atenas del Ecuador no necesitamos sanciones para cambiar nuestras conductas, con en esta perspectiva tiene un significado real la frase: "Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo".

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